jueves, 11 de septiembre de 2014

Estando...

...Los días se acortan. Empieza a haber hojas caídas en el campus. Aunque todavía no parece que sean de los árboles que hay alrededor. Camino hacia casa y me doy cuenta de que todo cambia. De que cuando te das cuenta, ya ha cambiado. Y respiro. Hondo. También sonrío. Estas cosas son el pan de cada día, me digo. No se puede tomar como algo personal. Pasan continuamente. Los desencuentros. Antes, después. Una vez más. Pero ya pasó. Lo que estaba sobre la mesa era el corazón. Y el mío es tozudo, tremendamente tozudo. Qué paciencia (con él, conmigo). A veces pienso que era esa mi asignatura pendiente, la inconsciente, aceptar o consentir, que el corazón,  el alma, lo hicieran. No la razón, esa ya lo hacía. Volver a confiar y consentir. Las dos cosas posiblemente iban juntas, en el mismo lote.
...Todo cambia. Y cuando te das cuenta, ya ha cambiado. 

No hay comentarios: