Siempre he pensado que el “detenerse”, “el hacer una pausa” en nuestros quehaceres cotidianos “para saborear”, “para respirar más intensamente” era un privilegio casi exclusivo de los períodos de bonanza. Que en otras épocas o momentos, uno tenía incluso que obligarse a no pararse para seguir adelante, para no sentir, para no ver por el rabillo del ojo lo que nos dañaba. Y, sin embargo, a veces –sé que cada vez menos veces-, las prisas que nos imponemos (o nos imponen sin una resistencia firme por nuestra parte), las “obligaciones” que nos embeben (y dejamos que nos embeban) o, incluso, las excesivas exigencias de “cariños compartidos” que ni siquiera son tales, o que son mal entendidos, nos hacen olvidarnos de ese privilegio, de ese deleite, de ese disfrute consciente de la vida, cuando más lo es (o al menos cuando lo es).
…Veo vuestras caras mezcla de asombro y alegría... cuando llegasteis a la estación agarrados a las piernas de vuestros padres y me visteis en el andén con ojos de impaciencia, cuando os disfrazasteis con mis collares de cuentas de colores y me pedisteis que os hiciera fotos, cuando al despertaros os veníais a mi cama y encendíais la tele pequeña para ver los dibujados animados mientras nos abrazábamos mutuamente y nos dábamos los buenos días, cuando jugamos a hacernos cosquillas en el parque del lago, el de árboles grandes y margaritas que hay en mitad de la ciudad, cuando os pusisteis a dibujar sentados en mis cojines de mimbre y lona con mi aprobación, cuando llegó la comida asiática para cenar y empezamos a vaciar los cuencos a manos llenas, cuando vuestra madre y yo nos hacíamos gestos de cariño, cuando os resistíais al sueño para estar un ratito más con todos, cuando os montasteis en el tren y yo no, y os prometí no tardar tanto en ir a veros…y quiero inmortalizarlas, quiero inmortalizar esas caritas mezcla de asombro y alegría, ser más consciente, dejarlas grabadas en mí como si de filminas tomadas a cámara lenta se tratase, prolongando el instante, todos los instantes...
…Veo vuestras caras mezcla de asombro y alegría... cuando llegasteis a la estación agarrados a las piernas de vuestros padres y me visteis en el andén con ojos de impaciencia, cuando os disfrazasteis con mis collares de cuentas de colores y me pedisteis que os hiciera fotos, cuando al despertaros os veníais a mi cama y encendíais la tele pequeña para ver los dibujados animados mientras nos abrazábamos mutuamente y nos dábamos los buenos días, cuando jugamos a hacernos cosquillas en el parque del lago, el de árboles grandes y margaritas que hay en mitad de la ciudad, cuando os pusisteis a dibujar sentados en mis cojines de mimbre y lona con mi aprobación, cuando llegó la comida asiática para cenar y empezamos a vaciar los cuencos a manos llenas, cuando vuestra madre y yo nos hacíamos gestos de cariño, cuando os resistíais al sueño para estar un ratito más con todos, cuando os montasteis en el tren y yo no, y os prometí no tardar tanto en ir a veros…y quiero inmortalizarlas, quiero inmortalizar esas caritas mezcla de asombro y alegría, ser más consciente, dejarlas grabadas en mí como si de filminas tomadas a cámara lenta se tratase, prolongando el instante, todos los instantes...