viernes, 27 de febrero de 2009

Machado llena mis pasos (pensados)

Camino. Por calles estrechas (y casi laberínticas). Mis paseos sin rumbo, siempre me llevan a las partes más antiguas de la ciudad. Me gusta que sea así. Las piedras de canto redondo insertadas en el pavimento de algunas calles que ralentizan el paso, la necesidad de pararse cada vez que viene un coche para que quepamos ambos, y las bifurcaciones que te obligan amablemente a optar por un camino u otro, ya sea por la curiosidad de descubrir o las ganas de recordar o redescubrir los retazos que están en la memoria, me permiten llevar un ritmo pausado pero constante. Darme un respiro. Coger fuerzas.

(…Mientras tanto no puedo evitar pensar que el mundo llora…y que habitualmente hago tan poco por contribuir a paliar ese llanto. Siempre he pensado que si cada uno nos ocupáramos realmente de las personas que tenemos a nuestro alrededor, de nuestros afectos más próximos, con entrega, con mimo, con verdadera dedicación, el mundo iría mucho mejor. Pero justo ahora, que estoy “parada”, y veo al mundo rodar, desde otra óptica, creo que quizás eso no sea suficiente, aunque tranquilice mi conciencia. Que quizás hay que hacer más, porque se necesita más ayuda… porque el mundo llora, y las lágrimas se deslizan desde muchos frentes, desde demasiados, y yo oigo el llanto y veo las lágrimas más ahora…)

…Me detengo en un recoveco, y veo una calle que se deriva de él, sin apenas apreciarse. La sigo. Y al final de una travesía sin ventanas en donde casi he de apoyarme en las paredes para no perder el equilibrio, llego a un ensanche, y me deslumbra una casa, una casa antigua, antiquísima, pero exquisitamente cuidada, con grandes ventanas rejadas en la parte de abajo, y enormes balcones en la parte de arriba llenos de buganvilla que cuelga de ellos por las paredes. Es altísima. Señorial. Esbelta. Atravieso el zaguán, y tras unos portones de madera, descubro un patio precioso, como en un alto, lleno de enredaderas, con un pozo blanco, varios bancos, aperos de labranza abrillantados, faroles de otra época en perfecto estado, y flores, flores que parecen haber crecido justo donde han de crecer ... Se entreabre una puerta de cristal, oigo al Cigala, su “Compasión”, y mi memoria se hace más viva, más presente, y pienso en mi infancia, y otra infancia que leí tantas veces se me entrecruza…“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero…” (A. Machado)

(y lloro…Porque el mundo llora. Porque la belleza existe y me conmueve; y, sobre todo, porque todos deberíamos tener la oportunidad de que nuestros ojos la vieran, nuestros oídos la oyeran, nuestros sentidos la percibieran…)

15 comentarios:

libertad dijo...

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.


El Liberal, 1 de febrero de 1908, sin título.Campos de Castilla, Madrid, Renacimiento, 1912.

TORO SALVAJE dijo...

Cuando estás delante de la belleza. Normalmente de forma inesperada y sencilla es facil conmoverse si uno es sensible.

Te entiendo muy bien.

Besos.

* Sine Die * dijo...

A mí se me pone un nudo al leerte..

Eres belleza, Liber.

manuel_h dijo...

si cada uno nos ocupáramos... incluso más, si cada uno nos ocupáramos de nosotros mismos, tranquila y serenamente, sin joder a los demás...

ybris dijo...

Suele suceder así cuando se pasea pensando y sintiendo:
Los dolores del mundo se nos clavan.
Nuestro papel en ellos se cuestiona.
Los recuerdos se agolpan.
Los poemas se recitan solos.
Eso se llama vivir.
Y conmoverse de saber que estamos vivos.

Besos.

momo dijo...

y lloro…Porque el mundo llora. Porque la belleza existe y me conmueve; y, sobre todo, porque todos deberíamos tener la oportunidad de que nuestros ojos la vieran, nuestros oídos la oyeran, nuestros sentidos la percibieran…)
Y tú me conmueves a mi, el modo de decirlo, y sentirlo hace que me quede quieta imaginando el momento en que ocurre , es maravillosa la conexión

Simplemente Olimpia. dijo...

Jamás he agradecido tus palabras...lo hago ahora, conmovida por el mundo que relatas, tan cercano, tan mío tambien.
Suele suceder que pensar y sentir es poder contemplar la belleza más allá de los ojos...y ver que cualquier paso es bello.
Contigo.

Olimpia.

Anónimo dijo...

te dejo unos detallitos en El Arcón. La cesta de besos que hay al lado es para ti también ;)

http://arcondesastre.blogspot.com/2009/02/premio-blog-de-oro.html

http://arcondesastre.blogspot.com/2009/02/premio-palabras-como-rosas.html

Dulcinea dijo...

...No más dolor...afrontemos las cosas, propongamos soluciones pero no añadamos más dolor...igual el mundo lloraría menos

Camille Stein dijo...

paseo a menudo sin rumbo

... cuando reflexiono, una vez de vuelta, sobre el camino recorrido, siempre se dibuja una motivación concreta del trayecto recorrido


monólogo interior de una profunda sensibilidad, me encanta cómo escribes...

un beso

esperanza dijo...

Lloro contigo, porque la belleza existe...en lo que has escrito, por ejemplo.
Y vuelvo a mi infancia, con Machado, y otros poetas, cuya obra mi madre nos recitaba antes de dormir. Ama la poesía y sabe leerla y sentirla, y hacerla sentir.
Y regreso a hermosos paseos...sin rumbo ó con él.
Muchas gracias, guapa.

cristal00k dijo...

Pues tú hoy nos das esa oportunidad de gozar de la belleza de tus palabras, con tu maravillosa entrada.
Un beso libertad.

libertad dijo...

Holaa, Toro!!!!. Gracias por ese entendimiento, y gracias, sobre todo, por pasarte por aquí en tu ausencia. Un abrazo fuerte

Querida Olimpia, querida Olimpia, cuántas ganas de leerte. Me paso y me paso por tu blog por si te encuentro...Gracias a ti por pasarte, por tus palabras. Qué alegría! Espero que estés bien
Un beso enorme
Contigo

libertad dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Es impagable vuestra compañía.
Besos!

esperanza dijo...

Besos para tí, guapa, ya con olor a primavera (ó serán mis ganas?, ay!!)