No pararse mucho en nada. Ir rápido. Cambiar de una cosa a otra. Pensar lo justo. No, ni siquiera, pensar para actuar, para seguir, no pensar “per se”. Eso para mí no es, pero está siendo. Sólo retener instantes, no momentos, y con una consciencia adormecida, eso sí, inevitablemente adormecida, porque el fondo araña, empuja, se entrevé, y a veces sale. Vivir con la certeza del contraste, de que la tristeza y la alegría conviven tan cerca, que incluso nos sentimos extraños por participar casi simultáneamente de ambas. Pero es en esta esquizofrenia en la que pasamos la vida, y donde hay que aprender a sostenerse. Cuanto más amas, más temes, lo sé. Pero amo, y a las personas que les duele hoy, tanto, que temo, también tanto. Sólo retener instantes, no momentos…pero ahora, antes de dormir, hacer los instantes que quiero retener más largos, para que sean ellos los que velen el sueño y lo mezan: agua que se cuela por las rendijas de los adoquines del patio central del Reyes Católicos en Santiago, y que yo veo desde dentro, recostada, mirando por las enormes cristaleras… una voz cubana, rasgada, que siente el flamenco y lo canta, y lo baila, y lo gime, de forma desgarrada y luego bajito, casi en silencio, susurrándolo, y lo escucho…pero, sobre todo, tu risa, tus ojos ilusionados, tu atención, y yo contigo viéndolo y escuchándolo, en ese palco donde me di cuenta de que no las habías perdido, porque pude saborear de nuevo, tus ganas.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
miércoles, 14 de octubre de 2009
Con este otoño otro comienzo
¿Cuánto aguanta un corazón sin el latido de creer...?
El mío ya ha aguantado demasiado.
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lunes, 5 de octubre de 2009
De la vida material y sus cosas concretas
… Hoy pensaba contaros lo que me gusta Campanella y sus películas (como guionista y como director. La inteligencia de sus diálogos, su sutileza, su ironía; la contundencia de sus personajes – porque los crea así, y porque se queda con los actores que sabe debe quedarse-; las miradas de soslayo en las que nos invita a detenernos; la sensibilidad y belleza de sus primeros planos al reflejar el paso del tiempo; los secretos que esconden los ojos de los otros si conseguimos ver más allá del cristalino…).
… También pensaba que debía dedicar un espacio de este blog a Nancy Huston por algunas palabras suyas que leí este sábado en El País, y me dieron que pensar (además es esposa de Todorov): “....los niños te meten en el corazón de las cosas. Y la novela nace del corazón, no de la cabeza, porque habla de la vida material, de cosas muy concretas. Y al contrario, la vida intelectual es la catástrofe de la literatura. Ésa es una de las razones de que no me interese mucho la literatura francesa contemporánea...Piensan demasiado. Son agotadores. Se han convertido en gente muy inteligente. Y la inteligencia es catastrófica para la literatura. Hacen falta también tonterías. Hay que ser un poco tonto…” .
…Pero, sólo puedo dejaros esta canción, que canturreo desde que me levanté, y compartirla con quien me la dedicó hace un año por algunas miradas de soslayo que siempre han significado más, por algunos gestos, por algunas sonrisas...porque hoy no puedo sino centrarme en la vida material, diaria, de cosas muy concretas, de las que nacen del corazón.
Tráeme canciones
que me lleven siempre lejos,
como un tren que me salvara
de las mismas estaciones,
de las trampas del espejo.
Dame tu palabra
que perfuma mi silencio,
y que tu aroma me brinde
esa llave que me abra
la aventura que presiento.
Dame tu canción
que dice "sueña",
que me transporta
y me enseña
y me alcanza el paraíso.
Canta donde juras protegerme,
di que tú vas a quererme
como nadie más me quiso.
Tráeme canciones
contra este tiempo de espinas,
tus labios que no se muerden,
como pájaros rebeldes,
como flores clandestinas.
Dímelo cantando,
dame amor y dime cuándo,
dame paz y dame sombra,
tu pecho sabe de sobra
cómo te estoy deseando.
Canta tu canción
que dice "vente" por las arenas calientes
de tu boca prometida.
Cuéntame tu amor hasta mentirme,
di que tú vas a sentirme
como nadie en esta vida.
Canta tu canción
que dice "sueña",
que me transporta
y me enseña
y me alcanza el paraíso.
Canta donde juras protegerme,
di que tú vas a quererme
como nadie más me quiso.
("Traéme canciones", de Javier Ruibal)
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martes, 22 de septiembre de 2009
Pausa-Movimiento
...Mi rubio cree despertarme con un beso mientras me empuja despacito, con ojos y sonrisa invictos, para que le haga un lado en mi cama antes de levantarnos…Yo ya llevo un rato despierta…
…Oigo que “aprender a estar en pareja” es como “aprender a bailar un tango” (el camino, el abrazo, la cadencia, y sobre todo, los movimientos conjuntos)…sobrellevo tu incertidumbre, tu indecisión, porque sé que no es posible otro estado, e intento “sostener” mi impaciencia por tu incertidumbre, como puedo, sabiendo que sólo la calma nos hará bien…Veo triunfos extraordinarios de personas luchadoras y no puedo dejar de pensar en cómo soportaron su día a día, aunque supongo que no lo soportaron, lo vivieron, con sus más y sus menos, pero lo vivieron …A veces se me antoja que el relativismo que he aprendido y aprendo a desarrollar con los años, en su vertiente negativa, está afectando a mi lucidez y me hace más difícil ver el camino por donde seguir o los giros que posiblemente sean necesarios. ¿Hemos perdido ambición para lo que nunca debimos haberlo hecho?...Releo aquello de que hay que seguir buscando…hasta que la vida se haga bella…hasta que la vida se haga bella y surja lo inesperado…
…Oigo que “aprender a estar en pareja” es como “aprender a bailar un tango” (el camino, el abrazo, la cadencia, y sobre todo, los movimientos conjuntos)…sobrellevo tu incertidumbre, tu indecisión, porque sé que no es posible otro estado, e intento “sostener” mi impaciencia por tu incertidumbre, como puedo, sabiendo que sólo la calma nos hará bien…Veo triunfos extraordinarios de personas luchadoras y no puedo dejar de pensar en cómo soportaron su día a día, aunque supongo que no lo soportaron, lo vivieron, con sus más y sus menos, pero lo vivieron …A veces se me antoja que el relativismo que he aprendido y aprendo a desarrollar con los años, en su vertiente negativa, está afectando a mi lucidez y me hace más difícil ver el camino por donde seguir o los giros que posiblemente sean necesarios. ¿Hemos perdido ambición para lo que nunca debimos haberlo hecho?...Releo aquello de que hay que seguir buscando…hasta que la vida se haga bella…hasta que la vida se haga bella y surja lo inesperado…
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martes, 8 de septiembre de 2009
De vuelta
Es pasado. Todo lo que vivo estos días lo es. Casi todo mi presente parece estar impregnado de pasado. Las situaciones son radicalmente distintas, pero las personas de numerosas de esas situaciones, no. Ya estuvieron. En mí. Y, siguen ahí, pero fuera, en mí ya no, claro, por eso son pasado, no presente. Notar (no puedo decir “sentir”, es una palabra con demasiada carga emocional) mi “indiferencia” es extraño, es raro, pero es real. Quizás dentro de un tiempo ya no lo sea, no ha sido la tónica de mi vida. A veces me siento (ahora sí) como “plana”, sin vaivenes que me hagan tocar el cielo o esconderme tras las nubes; ajena a los “ruidos”, a todos, a los susurros y a las voces; al margen, paseando de puntillas… Sin embargo también, como "ligera", ágil, caminando con la mochila más vacia, con un equipaje mucho más liviano...
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martes, 28 de julio de 2009
Ratos de lectura
“…No sé qué me pasa con esta ciudad, dijo Hans devolviéndole el cuenco de arroz al organillero, es como si no me dejara irme…Imagínese, ayer el señor Zeit ni siquiera me preguntó cuándo me iba…Me pareció terrible. Odio saber el futuro. Casi no he podido dormir pensando en eso, ¿cuántos días llevo aquí?, al principio llevaba la cuenta exacta, pero ahora no podría asegurarlo (¿y por qué te preocupas?, dijo el organillero, ¿qué tiene de malo quedarse?), no sé, supongo que me asusta seguir viendo a Sophie y después tener que irme, eso sería peor, ahora todavía estoy a tiempo, quizá debería seguir viaje (pero un amor es eso, ¿no?, dijo el viejo, un amor es ser feliz quedándose), no estoy seguro, organillero, yo siempre he creído que el amor es puro movimiento, una especie de viaje (y si el amor ya es un viaje, razonó el viejo, ¿para qué necesitarías irte?), buena pregunta, bueno, por ejemplo para volver, para estar convencido de dónde quería estar, ¿cómo vas a saber si estás en el lugar indicado si nunca te has ido? (yo sé que amo Wandernburgo por eso, contestó el organillero, porque no quiero irme), sí, sí, ¿pero y las personas?, ¿con las personas es lo mismo?, para mí no hay mayor alegría que volver a ver a un amigo que no veía hace tiempo, quiero decir, uno también regresa a los lugares porque los ama, ¿no?, y un amor puede ser como volver de viaje (yo, como soy más viejo, pienso que el amor, el amor a los lugares, las personas o las cosas, tiene que ver con la armonía, y para mí la armonía es descansar, observar lo que tengo alrededor, estar contento estando donde estoy, en fin, por eso toco siempre en la plaza del Mercado, no puedo imaginarme otro lugar mejor), las cosas y los lugares están quietos, pero las personas cambian, uno cambia (querido Hans, los lugares también cambian todo el tiempo, ¿te has fijado en las ramas?, ¿te has fijado en el río?), nadie se fija en esas cosas, organillero, todo el mundo camina sin mirar, se acostumbran, se acostumbran a su casa, a su trabajo, a sus seres queridos, y al final se convencen de que esa es su vida, de que no puede ser otra, es pura costumbre (cierto, aunque el amor también es una costumbre, ¿no?, querer a alguien sería, no sé, como habitar en esa persona)…” ("El viajero del siglo" de Andrés Neuman, 2009, p. 68)
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lunes, 13 de julio de 2009
ATL. French toasts (III)
...Parados en un semáforo, pensativos, medio en silencio, de vuelta al hotel después del brunch en Decatur para coger el avión, nos llamó la atención una chica que cruzaba la calle justo delante de nosotros balanceando las bolsas que llevaba en las manos. Parecía contenta. Con la mirada perdida. Quizás sonreía para sus adentros. Creo que sonreímos nosotros igual…
…Desperté con Monet una semana antes. Los Water Lilies del High Museum me parecieron perfectos. Llovía fuera, pese al calor, y llovía dentro. Un arcoiris de violetas, rosas, verdes tamizados y azules aguados, iban y venían a nuestra retina a medida que nos aproximábamos o alejábamos de la pared donde estaban los lirios pintados, como la lluvia intermitente a veces resuena en nuestros oídos. Misrach me conmovió: tuve la sensación de que la inmensidad del mar y sus diferentes texturas, plasmadas a la perfección en sus fotografías, ensalzaban y acogían, por igual, nuestras vulnerabilidades. Me sentí pequeña, pero humana, y esto me hizo empezar a rodar. Caminamos por Midtown, entre rascacielos, iglesias de las más variadas confesiones, y casas de paredes tableadas de madera con porche sureño y jardín abierto al exterior en la parte delantera. El aire olía a tierra mojada y las conversaciones comenzaban a adherirse a él. Mezclamos sabores, y más colores, y más texturas, y esta vez fue la boca la que se hizo agua en el vietnamita "Nam". La armónica de blues del "Virginia Highlands" me transportó a un momento y a un tiempo distinto, y oí el latido de este “folk”, como a menudo oigo el de otro, también en el Sur, pero en otro (más árido, más seco, más al Sur). Aprendí casi todos los días de lo que nos contaban. Disfruté incluso de las bromas que no llegaba a entender con exactitud, pero que intuía. Y aprender me produjo alegría. El ático del Hotel Glen, de noche, me enseñó otra Atlanta, y me recordó que las cosas no se ven igual con perspectiva. Que la perspectiva siempre nos desvela cosas nuevas y casi siempre también mejores. Y que no es necesario subir tan alto ni irse tan lejos, sólo querer subir y querer irse…Y nos fuimos, nos fuimos a ese lugar plácido entre árboles gigantes, con nuevo y reluciente suelo de bambú y chimenea, donde el cariño resulta ya reconocible, para continuar a la mañana siguiente tomando un brunch, con "french toasts", en el sitio de las flores en la paredes, en Decatur. Con “french toasts”…
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