miércoles, 17 de junio de 2009

De contradicciones

Con el tiempo, si es necesario, uno aprende a desenvolverse, con más o menos destreza, en ambientes “foráneos”, de “fuera de nosotros mismos”. Al principio nos parece imposible. Es como si no nos reconociéramos en determinadas circunstancias. Nos cuesta pensar que somos otros, que somos también otros, o que una parte distinta a la que nos es habitual de nosotros y de nuestro ser, puede emerger de las aguas subterráneas, cuando las circunstancias lo requieren. Pero, llega un día, en que nos sorprendemos con “la naturalidad” de la impostura –aunque parezca contradictorio en sí mismo, o lo sea, sin más-. Con el tiempo, a veces creo que algunos hemos aprendido “un dejarnos llevar sin pensar pero consciente, para sobrellevar y sobrellevarnos mejor -aunque también haya cierta contradicción aquí-. Intentamos separar lo profesional de lo personal, lo colectivo de lo individual, las relaciones institucionales de las más próximas, las que nos importan de las que no. Movernos en registros que entran en conflicto en numerosas ocasiones, regateando matices a una coherencia casi imposible. Ahondar (en) y bandearnos (entre) los matices, con los grises, con toda su gama, su cada vez más inmensa gama de formas y texturas… Sin embargo, con el tiempo, también sueño con un reducto, posible y más grande, de mundos de “adentro”, que rezume autenticidad, y donde se dejen ver los vericuetos del alma.

16 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Si, y después de eso, empiezas un día a exiliarte de todos esos ambientes.

Abandonas el teatro y te quedas en un único registro.

Besos.

Elendaewen dijo...

Y si no somos más que reductos cosidos, con la única autenticidad de los hilos que unen los pedazos...

Sirena Varada dijo...

¿Y qué es la coherencia? Casi siempre somos trágicamente incoherentes, decimos que sí cuando queremos decir no, bien cuando mal... Matizamos, seleccionamos, superamos, discriminamos, inventamos un mundo tolerable, y sólo cuando nos dejamos llevar completamente, sin pensar, nos aproximamos a nuestra autenticidad.

Sólo soy yo cuando estoy solo, dice una canción de los Héroes.

Un abrazo, amiga.

ybris dijo...

Es inmensa la capacidad de adaptación que nos hace sobrevivir en lo "foráneo".
No siempre esa adaptación es impostura.
A veces es parte de lo mejor de nosotros mismos.

Besos.

libertad dijo...

Tienes razón Ybris. "No siempre esa adaptación es impostura, -quizás por eso a veces surge "la naturalidad"-. A veces es parte de lo mejor de nosotros mismos".
No olvidaré esta idea: "a veces es parte de lo mejor de nosotros mismos". Gracias, maestro.
Un beso

cristal00k dijo...

Pues sí el gris es el color... y sus matices casi infinitos. Da para mucho.
Besos!

Anónimo dijo...

Tienes mucha razón en lo que dices, mucha. Lo sencillo y lo complejo, se mezclan en la vida, como en tus posts. Enhorabuena, por hablar de la vida como lo haces.
Un beso enorme.

Manolo dijo...

oju, niña, me has sacado la lagrimita.

esperanza dijo...

Me dicen que soy mujer de matices, y no lo vivo como un teatro. Comparto con Ybris lo que expone...tal vez son los ajustes necesarios para llevar mi "optimismo por necesidad" sin que pese, consciente de que los adentros no mienten.
Un beso, niña, muy fuerte.

libertad dijo...

Sí, es posible quedarse en un único registro, Toro Salvaje?
Bs

Pues no lo sé, Elendaewen, pero la autenticidad de los hilos que nos cosen, ya me tranquiliza.

Así es Sirena, así es. Pero cuándo podemos dejarnos llevar totalmente...que pocas veces, que pocas veces...Un beso, amiga. Gracias.

libertad dijo...

Me gusta eso de "optimismo por necesidad", pesando lo de los adentros. Me gusta, Esperanza.

Para muchísimo, Cristal. Para toda una vida...

No sé si puedo hablar de otra cosa, anónimo. No tiene mérito. Bs

No era mi intentación, muchachooooo

Inma Luna dijo...

Hay mucha miga en esa reflexión Libertad. Comparto absolutamente esas sensaciones de desconcierto, de tener que representar tantos papeles, agotador. Pero, no te creas, avanzar en el camino del descubrimiento de uno mismo no duele menos. Besitos.

libertad dijo...

Sí, puede doler o duele más. Seguro, Inma. Y no tiene que ser más bonito, a veces nos resulta más feo. Pero, por decirlo de alguna manera (que no sé cuál es la manera), es "más de verdad" -aunque no me guste utilizar esta palabra-, "de lo que nos construye como personas", quizás...pero...mucha miga, hoy para mí demasiada...hace mucha "caló".:)
Gracias
Un besazo!

dEsoRdeN dijo...

Interesante reflexión...

ya he vuelto, snif!

Anónimo dijo...

Gracias por esos reductos de autenticidad. Un beso

Anónimo dijo...

Los mecanismos son aprendidos y heredados (de incluso nosotros mismos)...nuestras respuestas instantaneas de supervivencia demuestran día día su "viabilidad"...pero que razón tienes intentando que ejerzamos desde el alma y no desde la supuesta "naturalidad"

Es posible que si lo conseguimos lleguemos a sorprendernos a nosotros por dentro y por fuera.

MI abrazo.

Contigo.
Olimpia.